domingo, 30 de diciembre de 2007

Paco, un poeta robot

Se llama Paco. Lo he conocido tarde, pero tal vez su existencia os sorprenda tanto como a mí.


sábado, 29 de diciembre de 2007

La niña zig-zag


[Foto: Vestido de niña hecho a mano]


Era casi una niña, y la preñaron las dudas y las metáforas. Su vientre aprendió de la esfericidad del sol y de las rotaciones de las bailarinas y poco a poco iba expandiéndose, con la precisión de un reloj o una brújula. Pasaron nueve lunas y aulló a medianoche. Cada contracción era una ola de mar que había de saltar para no ahogarse, las cronometraban unas lapas adosadas a su barriga palpitante, unos controles de unas comadronas de un hospital cualquiera de una ciudad con atascos. Alguien salió de aquel vértice, y lloró y hubo sangre y sangre y líquido y placenta y luego leche. El bebé mamó y lloró y mamó y lloró.



Era casi una niña y ya tenía esas marcas de meteorito en las caderas, y la flor de su sexo había dado un fruto jugoso lleno de conciencia y suavidad. Zigzagueaba a ese niño en sus brazos, que eran una barca a la deriva, y lo mecía y le cantaba y lo mecía y él lloraba y mamaba y lloraba y mamaba hasta quedarse dormido.


Puso un nombre a aquello. Puso un nombre a esa conciencia y suavidad. Y cada día lloraba y mamaba y lloraba y mamaba. Y cada día lo mecía y le cantaba y lo mecía y le cantaba. Y luego paseaban abrazados si hacía sol con vitamina D. Y luego jugaban y él reía un poquito y él decía gugu y lloraba y mamaba y lloraba y mamaba hasta quedarse dormido.


Era casi una niña y su mirada se convirtió en un pozo grave. Era casi una niña y sus pasos y sus gestos y sus voces eran cuidadosas y prudentes. Caminaba por los días como una trapecista sobre la cuerda floja. Y había vértigo y nostalgia, pero cantaba y mecía y cantaba hasta quedarse dormida.
Era casi una niña y la preñaron la luna y los ruidos de las sábanas. Su vientre creció y estalló como una supernova. Y luego llegó ese niño calvito y suave y llorón.
Y, colorín colorado, este cuento se acabó.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Feniletilamina (la yonqui del amor)

[Cuadro: El beso, Gustav Klimt]

La yonqui del amor pasea bucólicamente por prados micro y macrocósmicos, despliega su sensualidad de telúrica conmoción ante lo brillante y hace una fotosíntesis indistinta ante el sol y la luna. Es cleptómana de la caricia. Es viuda de un bigotudo moral, calvo y gordo, capitalista desgreñado, al que dijo, escupiendo: non serviam.





La yonqui del amor desfila con porte militar por un bosque de libros, ansiosa y hambrienta como las lepismas ante las palabras esdrújulas. Estrangula cada cuarto de hora un falo tremebundo, deja que el esperma se desparrame por el interior de su útero dentado, y entonces -¡vivir para ver!- entona una nana inspirada en los diez Sephirotes.



La yonqui del amor embelesa a los mayordomos del Ritz con sus pantalones rayados made in clochard tomados del container y sus dedos manchados de Nutela lasciva, amígdalas de trufa o delicatessens. La yonqui del amor muere al pronunciarse, se desmelena por abajo y su trasero es más elocuente que su dentadura.



La yonqui del amor es condenada por la Inquisición, es lapidada por los académicos, es insultada por los poetas románticos que buscan en la literatura belleza inservible de tópicos vertidos en la papiroflexia.




Por ello, la yonqui del amor es asesinada cada día en los telediarios, es despreciada por los cincuentones que lucen su corbata con ambigua gallardía, es mutilada por los manuales de protocolo poético y jamás será publicada, y jamás ganará un concurso literario, porque sus verdades son hirientes como los vertederos escondidos, su contorsión provocaría otro Crack del 29, su mirada es un arma de destrucción masiva y sus omóplatos, demasiado parecidos a unas alas, quedan registrados en los anales de fenómenos paranormales, OVNIS.

martes, 25 de diciembre de 2007

La borracha del sexo



El distraído expande el tórax como un paraguas plegable,

todo cuanto respira se transmuta en flor y enraiza en sus pulmones,

yo amo a este payaso noctámbulo, toco a menudo sus vértebras.

Sus labios son un taxi barato.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Ejército de Sàgars













¿Qué sucede cuando se pone un calidoscopio en el objetivo de una cámara digital? El resultado es espectacular. Multiplicamos la realidad y nos asusta...¡He aquí un ejército de bebés curiosos! ¡Esperemos que no se pongan a llorar a la vez!

viernes, 21 de diciembre de 2007

Mmmmm... la princesa punk


[ Fotografía de Patti Smith]

La princesa está histérica…¿Qué tendrá la princesa?
Los insultos se escapan por su boca de anemia.
que ha perdido la chispa, que ha perdido el sabor;
la princesa está pálida en su jaula de oro,
está mudo el teclado de su ordenador sonoro,
y en un vaso, olvidado, se desmaya el alcohol.

El hachís puebla el triunfo de los ocios letales,
parlanchina, la juerga, dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el amor.
La princesa no ríe, la princesa no siente,
la princesa persigue por debajo del vientre
la libélula vaga de una vaga erección...

martes, 18 de diciembre de 2007

Bipolar




Yo epicúreo

Un acordeón se esconde en el borde del pecho,
hoy puede estallar mi tórax infinito;
tras el laúd, la cuerda vocal besa a la nota:
hoy todo puede ser coloreado por un guiño.

Sonríe la costura de los calzoncillos divinos.
“Oh, por Zeus, hoy lo he visto,
Hoy he visto los colmillos de las mariposas mientras liban
Hoy he visto los ojos en blanco del camionero extasiado por el kilómetro.”

Puedo amar los zapatos de todos los números,
me desmayo ante la estrella más minúscula;
soy pobre, pero todo es susceptible a mi soborno.

El fracaso ya es un trampolín de consuelo.
¡Cómo vuelan los ángeles caídos!
¡Cómo se goza detrás de todo llanto!

Los dientes chirrían tras su cárcel de besos;
los ojos pueden vaciarse para mojar la tierra de miradas.

Yo gruñón

Señores, seré directa:
Ustedes me matan.
Me descoyuntan el cráneo
(con sus patrañas).

Me estucan las ganas
de ser buena persona.
El cuerpo del delito
son sus perchas.
El crimen es existir
(de ese modo).

S'il vous plaît; excusez-moi!
Aprendan a respirar mejor.
De lo contrario, las ranas croan,
el sol brilla; pero nunca nada.


*

No puedo compartirme.
Estoy deshabitada.

Señores: aléjense,
prefiero ser ermitaña.
Prefiero sufrir honestamente
o burlarme honestamente de ustedes.

Odio sus imperdibles y sus mecheros,
odio sus risas y empastes,
odio sus recipientes y sus vaqueros,
odio cada uno de sus nombres
y aunque estén de guasa o me hablen en serio
me aburren sus gestos
y me horripilan sus fórmulas sobre el tiempo.

Me calumnia ser nombrada, o referida, o tocada.
El repelús camina sobre una sierra mecánica.
Me infecta el solo contacto de su mirada.



lunes, 17 de diciembre de 2007

Soresquiana



la masa humana me envuelve
y soy otro feto poco evolucionado
que al llegar a la parada passeig de gràcia
es parido a propulsión sin instrucciones

por eso suelo decir
que por las mañanas vuelvo a nacer
aunque la tormenta golpea
en una pequeña gota de sudor
y ningún reloj asfixiante o de rodeo
me desfigura lo suficiente
con sus ganchos de segundo por la espalda

me veo reflejada en el escaparate
por más que me paso las manos
el mundo no desaparece
los pelos se enredan en el semáforo
los fantasmas ponen zancadillas
mientras yo me esmero
en el asunto estúpido y orgánico
de caminar a la vez que mis glúteos

llego a la facultad más o menos segura
de una seguridad que me han enseñado
las actrices monstruosamente virtuosas
y los bancos desiertos de los jardines

después saludo al primer estúpido que me ve
con sus ojos cubiertos de corteza o de cemento
y me presento: hola soy un hueco insípido
o agujero negro y llevo un sujetador de la talla 90

tras mi programa de autómata llego a casa
coloco algunas sillas ante mi espejo
y tras acostumbrarme a mi no cara de plástico
les leo un discurso pesimista y largo
de hada madrina ahogada en el café

me he emborrachado de televisión apagada y tridimensional
(he visto a sacos de patatas bípedos y racionales)
pero me quedan cuatro tragos de ozono en la garganta
y debo sonarme los oídos para expulsar
el desagradable sonido de las taladradoras
y de los machistas disfrazados de mecánico
y el graznido de las adolescentes treintañeras
que ríen porque tienen encefalograma plano
pero los pechos les sobresalen y eso ya es suficiente


la hartura me empaña esas gafas que no llevo
debido al alto precio de una insípida montura
y no quiero que ningunas gafas cabalguen
sobre mis orejas
ningún susurro ni poema ni quejido ni lamento

me divorcio de los rasgos de una mujer que se me parece
no quiero que vuelva a llamarme
aunque mi nombre suene tan bien cuando lo pronuncia
con sus cantos de sirena afónica
la voy a asustar con un vestido nuevo y barato
un desnudo sutil y casi sacro y obsceno de monja o puta
quiero que grite como una chiquilla estúpida
y que se aleje de mí con sus tarros de miel y sus carpetas

Amor consumista




Cada cual tenga cuidado con su papelera
porque
Arman sabe lo que somos por nuestros despojos.

¿Qué debió de tirar ayer el ser que amo?

El papel higiénico de todas las mañanas,
el sobre de azúcar del café matutino,
tal vez la tarjeta de metro agotada,
quizá la propaganda del buzón,
media docena de latas de birra,
un par de cajetillas de tabaco rubio
y el plástico que envuelve un poemario de Cela.


O

El papel higiénico de todas las mañanas,
el sobre de azúcar del café matutino,
tal vez la tarjeta de metro agotada,
quizá la propaganda del buzón,
el envoltorio de un surtido de galletas Cuétara,
un par de paquetes de kleenex
y el plástico que envuelve el último CD de Patty Smith.

¿Y qué me parece más atractivo?
¿Un cáncer de pulmón o un ataque de alergia?

***

(Cada cual tenga cuidado con su papelera,
porque Arman sabe lo que somos por nuestros despojos.

¿A quién debió de tirarse ayer el ser que amo?)

domingo, 16 de diciembre de 2007

Reflexión sin imagen adjunta a las dos de la madrugada

Sàgar duerme. La casa está embrujada. El espejo refleja a una mujer que es igual a sí misma + madre + un bebé. Pero al ser madre no es -yo, - ella, -antes, - niña. Un pulso con la muerte. Extrañeza perpetua ante un mundo que florece y se marchita. Los ojos son agujas imantadas, brújulas que ladran los caminos y desembocan en los parques.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Epílogo febril

Ahora mismo van a reventarme los ojos
si antes no me fusila la vida.
Las otras mujeres florero me han hecho
una reverencia distinguida. Avisan:
"No te fíes de la lengua de los jardineros;
dicen que te riegan porque seas bella,
pero en verdad buscan el negocio

de venderte en el mercado de las lechugas."


viernes, 14 de diciembre de 2007

Filosofema de Madame Bovary






Tantos años callando
para no nombrar.

Tantos años ( ) ignorando
el pellizco súbito de las costillas.

Hasta cuándo reservaremos
esta voz rociada de absoluto.


Cuándo, sin espantarme, diré:
"alma"

Cuándo, sin espantarme, diré:

"tengo alma"

Cuándo, sin espantarme, diré:


"El alma sufre."

¿Hay fin?

No sabemos.
(Eco.)
(Con temblor; sin alas)
La muerte…¿es tan…dura?

(torpemente)

"Quizá existe alguien ahogado
(alguna vez)
en el éter."
¿Estás?
"Mientes, silencio."
(Tanto dolor dosificado…)

"Detrás de lo atravesado,
entre estrecho y estrecho,
tal vez se moldea un cuerpo"

(tal vez)

(anacoluto)

¿Bautizar?

No puedo ser feliz.
No se entiende. Quién.
Por qué manos al final de ti.



Mírate, mujer. Sin duda: mujer.
Y mira
dos hombres.
dos hombres perfectos e imperfectos.

¡No!

¡Vivo, camino, toso (insípidamente)!
¡ Fuerzo, engullo, corro (insípidamente)!



¿Sobremorir?

Nadie lo sabe.
Sólo el charco recuerda haber sido, ser lluvia.
Sólo la sangre sangra.

quizá tal vez no sé aquí
no según perdón no no
salir del error
(si no, tal vez, sinmundo)
olvidar al (yo) (…) enterrar(lo). herir(lo).
(desdibujad(o), escondid(o),
detrás de (sí mismo).)
ahorcad(o) en su interrogante…


(?)
todavía




(No te fíes, no te fíes, no te fíes)




¿En qué escalón aguardará el tropiezo?

¿Bastarán encías para sonreír?

Sencillez, dónde enjaulaste.
Sencillez, dónde enjaulaste tus.
Sencillez, dónde enjaulaste tus [dotes de cometa humilde]

En qué estrato
En qué piedra
En qué cuerda [vocal]

Sencillez…¿puedes mirarme?
¿Puedes atravesarme - sencillamente- y sin dolor
-sencillamente- Sencillez-
con la humildad indecorosa
con la fascinación pretérita
con un otoño en el iris

¿Puedes, sencillez, seducirme?
Mas detrás
-traspuesto, irónico, pequeño-
-casi siempre con rotundidad-


el calidoscopio

(perdido en sí mismo)
(anclado en sus tirabuzones)
Maraña.
Y sencillez callada (tímida);
(sin compasión hacia el ruido)
(con la inercia del miedo)


TAN TIERNA Y PRESTADA


Pues llora, Sencillez, llora.
Rasgada tu piel, llora.

Qué saeta pervivirá
hasta el fin de la serenidad


salvar
sencill[ ]
sencilla

la mejilla nutrida
en mullida
almohada

Pero.
Siempre no se aproxima demasiado
Siempre, arrepentida en el paso.

Como si no del todo.

Como si no.

DEL TODO.

martes, 11 de diciembre de 2007

Si alguien se me presentara así le daría un beso y una bofetada



¿Cómo estás, querido querido querido?

(Ofelia, la maga, la artista de la locura,
la virgen del aborto,
la chiquilla que codicia el plumaje de los pájaros,
la dama esdrújula y telúrica
cuya pasión trepa por las escaleras
de la imaginación,
la mujer tan ligera
que podría caminar sobre el bostezo,
etcétera.)


(Ω)


Tararea. ¡TARAREA!
Arranca con crudeza esa lágrima tatuada.
DANZA TRIBAL TAMAÑO RASCACIELOS.
LITURGIA SOBRE EL ÓMPHALO DE FÉNIX.

ESTALLA, ¡ESTALLA!
TARTAMUDA DE GASÓLEO INAGOTABLE.
NECESITAS UN ATLAS CRECIÉNDOTE EN LA BOCA,
EL DEDO AMPUTADO PARA IMPRIMIR EL VERSO BENDITO.

SATURNO EN CONJUNCIÓN CON LA LUNA
HA LLEGADO A HORCAJADAS E INSISTE EN BESAR
FLORES DE LOTO y BELLAS DURMIENTES.

(Pero escucha la lengua sigilosa de las nubes.)

Inolvido


después de todo
aspirar hondo
seleccionar una sola estrella
pensar un deseo
buscar tréboles

sostenerse sobre el fuego de una cerilla
creerse de nuevo portavoz de algo no revelado todavía
imaginar que es posible caminar sobre el agua llorada
con el adiós chirriando, pero sin escucharlo,
sin apreciar su susurro lento

en ese ayuno de mundo despiadado
en ese ayuno de mundo

jueves, 29 de noviembre de 2007

Esculpir el humo

















Mehmet Ozgur presenta 23 fotografías de esculturas de humo. Humo real esculpido en el montaje digital. No recomiendo esta obra para los ex fumadores más creativos, porque es tentador agarrar el pitillo y la cámara.

sábado, 24 de noviembre de 2007

El quid






No soy de aquí. La realidad pesa demasiado ahora mismo. Me he hecho mayor. Otros no tienen este problema. Han impregnado su vida de experiencias tal cual son, sin estar preconcebidas en ilusorias películas nutridas de deseos literarios o de delirios de grandeza. Han seguido ese camino pautado, sin hacer preguntas, y les ha ido bien. Yo me he pasado la vida enviando mensajes en botellas con interrogantes dorados. Interrogantes con sed propia, cada vez más espinosos.



Y he aquí que, en medio del desierto o el mar, me veo sin más herramientas que mis sueños. No tengo caminos por los que galopar. No soy de aquí.


Al principio pensaba que era la ciudad. Que sus callejones y su fauna nocturna ya no me deparaban sorpresas. Primero, en verdad, creía que bastaba con viajar a otros lugares. Que sobre el lomo de un coche destartalado podían las imágenes de ahora quedarse atrás y disolverse en la distancia. La adrenalina a tope y el instinto del miedo y la supervivencia son, en verdad, la falacia del asunto. Agotados, entonces, los estímulos del exterior, empecé a creer que la culpa –si existe en estas cosas, ¿de qué?- era mía. Que había renunciado a mi propia coherencia. Pensé si era acertado matar mis vínculos con el pasado, cambiar de residencia y empezar otra vez, como una tabula rasa, a equivocarme. Construir una nueva historia, un nuevo pretexto de mi vida. Inventar otra profesión y otras aficiones, cortarme el pelo, cambiar los horarios del dormir y del comer. Explorar nuevos vicios y ataduras. Pasear por nuevos lugares para, una vez desgastados (como esta ciudad), volver a encontrarme en el mismo punto del laberinto. Y de nuevo partir.


Pero destruir el pasado no es suficiente. Sólo posterga este silencio. ¿Cuál es el rumbo a seguir? Soy incapaz de darme la orden de disciplina para tejer otra vez, con parsimonia y constancia, una idea nacida de un chispazo o de un destello.


No sé qué digo. Escribo completamente drogada de melancolía, a oscuras en un cuarto, con miedo a no haber escogido las palabras adecuadas, perdida también en esto. Expresar tal vez sea dudar con intensidad.

martes, 20 de noviembre de 2007

Galvanoplastia



Esa vieja película fotográfica.
Esos recuerdos llenos de humo aguado.
Quiero extraer la plata
de aquella sonrisa a media noche.
La plata de tus ojos encendidos.
La plata de los escotes joviales
que abrían paraguas en las mandíbulas.
La plata del amor eufónico
que necesito en mi ávido bolsillo
para comprarme otro cuerpo y otra vida.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Usa protector solar

Vi este vídeo colgado hace tiempo en el blog de un cuentacuentos, amigo de un amigo. Y me encantó.

(Por cierto, la propaganda final del vídeo tiene su guasa: en verdad yo también tengo el corazón enfermo)

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Poema para fingir que no se está solo




Perseguir en solitario
a un mendigo al que invitar
es síntoma de mala salud.

Abre bien los ojos, vieja silla,
te sorprenderá la niebla egoísta
que mata las imágenes
y deja huérfana a la realidad,
esos fantasmones con alhajas
que miran nuestro escote
mientras bebemos con sorna
otro trago más y más y más.

Les miro. No les conozco.
(Sólo al barman, que te guiña un ojo
e interrumpe constantemente
mi conversación contigo, silla).
Podemos estar lejos para siempre,
deprimirnos,
desorbitar la luna
(esa experta en confundir...)
y bla bla blá*

Todas las lágrimas
pueden camuflarse.
La banalidad, en cambio,
es descarada.

Un sorbo de cerveza y
- míralos-
todos sonríen,
todos se cuentan la vida
- ja ja já*

El invierno, ese fiel camarada
me invita a buscar
- obsesión insaciable-
el cálido tufo de los bares
y la sonrisa pasiva
de ti, silla de enfrente.

Hay tanto que decir
y tanto que callar.

Pero
la silla permanece vacía e intacta
frente a mí,
con esa elocuencia de los ángeles,
y el cigarro encendido
tiene cosas más agradables
y amargas que explicarme [...]







lunes, 12 de noviembre de 2007

Paranoia


Jerga & besos


Debe llover, lo exijo. Hasta ahora se acumula
la roña en el estratocúmulo del corazón.
Debe llover, lo exijo. Tragaldabas. No nos dejan
vivir, mierda. Camello del cigarrillo húmedo, vete.
Entonces, yo lloveré. Se inundará el mundo. Durará noches
y noches. Noches. Despertad al cazasueños, decidlo.
Me duele la mandíbula de sonreír llorando. Hacedlo.
El tiempo nos boxea y no nos jodas más, mundo.

Llueve y lava la costra punky. Y no nos jodas más,
mundo. Las historias de los viejos inundan
la antigua plaza de los fracasados. Borrachos
y putones verbeneros deambulan y hacen cenefas
en la calle. Entablan una ficción viscosa
que apuntan los bohemios en sus hipócritas cuadernos .
Yo también escribo en Hoy con instinto fariseo.
Hoy es el interminable Lunes, el Lunes eterno.

Debe llover, lo exijo. Punkys hachisnómanos
rebuscando en la basura los escollos del capitalismo,
con el rostro magullado, románticos quimeristas.
Punkys utópicos de penes enhiestos implorando
sucesivas primaveras. Punkys de padres muertos
mascullando a la noche con cantos tribales y navajas.
El miedo tiene los muslos forrados de medias negras.
Los senos de la luna ulceran la noche.

Los envejecidos maderos eyaculan con la porra
en alto y atizan a los caballos negros de crines multicolores.
Debe llover, sí. Si vas a jodernos, hostia, avísanos primero.
Las historias de los viejos ya no suenan resbalándome.
Hoy es el inevitable lunes, el lunes eterno.
Vuelan las pestañas sobre el granito, absortas
ante lo petrificado. Resaca. Este desgarro pedregoso,
arrebatándonos el hígado. Vuelve lluvia, llueve.

No nos dejan vivir, mierda. No tenemos tiempo
para amar a las sombras que nos desbordaron
cuando la vida aún no rozaba la veintena. Me encierro
en mi calabozo de signos. Me ultraja el aguardiente
de la nada. Una vida folletinesca conspira en mi hombro
para que te escriba, poema cabrón y egoísta:
no me dejas respirar para nacer, me obligas a aguarme
las entrañas. Hoy debe llover: lo exijo: llueve.


domingo, 28 de octubre de 2007

El cómplice


Oh, joven del suburbio, qué hermoso viento
y qué lenta muerte se inyecta esta noche
en mis pestañas desveladas. ¿Tomas el aire?
(La oscuridad es húmeda.) ¿Tienes un rato?
(Si no fuera sensata o miedosa te explicaría
por qué me llueven sin querer los ojos.)
El sol brilla dormido en las alcobas de los noctámbulos.
Nadie sabe si ellos observan atentos detrás

de sus telescopios, si las palabras no se les escapan
como nubes o mariposas o se deshacen
en un solo temblor de canciones mientras el viento
sopla por igual tras todos los hombros.
¿Sabes? Podría lanzar preguntas a bocanadas
o llorarlas como serpentinas si no temiera
enamorarme de sus garfios interrogantes.
Si las cuestiones no fueran certezas, si no pudiese

medir con ellas mi fiebre, cuánto me repetiría
por qué anuncio cada atardecer mi muerte y por qué amanezco
al día siguiente con todo el dolor en el pijama.
Eh, tú, joven del suburbio, el de los colmillos
gatunos y el tórax jadeante de lobo malcriado,
sí, tú, no me mires con ese odio oscuro de estrella
magullada, no quiero nada de ti: ni sexo ni palomitas.
Sólo tu sombra. Estoy (h)ambrienta. Llevo horas

en este desierto juntacadáveres y si nadie me rescata
de esta abulia universal moriré ahogada en los árboles.
¿Puedes tú hacer algo por mí? ¿Puedes tú, o(h) ángel negro,
regalarme a mí misma? Quiero cazarme en tus noches
y contar adoquines hasta que los ojos se droguen de paisajes;
quiero sonreír a los semáforos amarillos
y colarme en los trenes o tomar un vuelo de ida y vuelta
a cualquier viento del este. Si tú te dejas, joven del suburbio,

ser sólo un testigo o una sombra, sudaré por vivir demasiado
y beberemos cerveza hasta el amanecer.

Si tú te dejas, joven del suburbio, lloraremos balas,
y cesaremos de pedir perdón por perturbar
los dulces sueños de los zombies. ¿Tomas el aire?
La oscuridad es húmeda. ¿Tienes un rato?
Si no fuera sensata o miedosa te explicaría
por qué me llueven sin querer los ojos.

lunes, 15 de octubre de 2007

Móvil de cuna


Las aves migratorias han escupido sus vuelos.
Y él llora porque la nube se ha olvidado de llover.
Pájaros -invisibles- pájaros. Labios aéreos,
pájaros. Los oigo y no los veo -libres, voladores,
pájaros-. Entonces todo duele (los guantes, los siempres,
el beso de ron en los colmillos, el libro perezoso desplegado):
- Mujer, ¿Buscas pétalos o esperma?
- No, sólo esa ligereza de no saber. Nada. En absoluto.

[Y la niebla. Y el sol. Y los otros.]
Alma en código MORSE. Terquedad de uña rota.
El cuerpo es un envoltorio de caramelo.
[Ojalá existiera un recipiente Y un pasado..]
¿África? La necesito en la boca ardiendo.
Lo brutal drenándose
y el verso líquido empapado en gasolina.
La conciencia se abriga en el estómago.

Gotea. Gotea el sol -con su luz-.
y me inunda de tibieza inmerecida.
Soy tan libre que duele. Que todo duele.
El viento salvaje perfora los ojos del poeta.
Nadie intuye el averno de su mirada.
Nadie sabe fingir. Nadie sabe trovar.
Inventan un cielo
a juego con el bolso y los zapatos.

Los ojos del poeta son flores:
mirad a ese hombre deshojado por sus lágrimas.
Un hombre, ese hombre, desde su ventana,
ha sido guillotinado por el paisaje
que observaba. (Tan quedamente).
Los murciélagos han escupido sus vuelos.
Y ella ríe porque se ha olvidado de secarse al sol.

Las grúas constructoras son el móvil de cuna
de la ciudad dormitorio:
luna, estrellas y murciélagos
giran alrededor del óxido;
los ciudadanos duermen en la vigilia
observando cómo también
el sol, las nubes y las aves migratorias
se aburren en su absurdo tiovivo.


Ataque de nervios

"Estoy nerviosa esta noche. Muy nerviosa. Quédate conmigo.
Háblame. ¿Por qué nunca hablas? Habla.
¿En qué piensas?¿Qué piensas?¿Qué?

Nunca sé en qué piensas. Piensas.

T.S. ELIOT, La tierra baldía

Malhuriosa


Tomemos, por ejemplo, estas dos palabras: "malhumorado" y "furioso". Piensen que han de pronunciar ambas, pero que no han decidido cuál dirán primero. Abran la boca ahora y hablen. A poco que el pensamiento se incline por la palabra "malhumorado", bastará para que digan "malhumorado-furioso"; pero, si se inclina por "furioso" aunque no sea más que el grueso de un cabello, dirán "furioso-malhumorado"; pero si ustedes poseen el rarísimo don de una mente equilibrada, dirán "malhurioso".


LEWIS CARROLL, La caza del Snark

sábado, 13 de octubre de 2007

El escritor y su musa



"Puedo decirte que llega inmensa con harapos empapados de gasolina y trozos de alambre y viejos clavos torcidos, una oscura arribista de un oscuro río interior. "

GREGORY CORSO, De cómo la poesía llegó hasta mí

jueves, 11 de octubre de 2007

Anécdotas de la nueva vida

Y un día, la Reina del Dinamismo
se detuvo.

Y se sentó.
Y no dijo nada.

Buscó en el estatismo
aquello que le faltaba al movimiento.

Decidió pararse
para observar cómo se movían los otros.

Aeróbica sin oxígeno/ (Eutanasia del gráfico)

Rápida en la lentitud/ (Lenta en la catarata)

Cruzó -también- el puente de los títeres
y el foso de las pirañas y la trampa de los cocodrilos

Bebió tila en el café.


Bailó cuando no había música
y decidió silenciar al decibelio
con un beso
tan sonoro como...

(sí, como aquella escultura de Rodin...)

Ladrona de lo que parece no existir


Una vez él me dijo que no tenía secretos.

- Todo el mundo tiene secretos. - pensé.

[Pueden ser pequeños y triviales -pecadillos de juventud como fumar a escondidas o escribirse cartas de amor a uno mismo- o enormes, vertiginosos, tan inconfesables que morderán la tumba y serán pasto del alzhéimer más devastador.]

- No. Yo no tengo ninguno de esos secretos.

Y entonces.

Por eso decidí coleccionarlos. Zambullirme en el mundo y preguntar sin preguntar, allanar la morada de otras conciencias. Prostituir la opinión y enhebrar la confianza a fin de rellenar un álbum con nombres y acciones secretas. Ése sería mi regalo, una colección de secretos ajenos para el hombre más transparente de la tierra.

Los buscaría y los fabricaría a fin de que él pudiera erigirse soberano de aquello que nadie -o casi nadie- conoce, de aquello que, en efecto, parece no existir.

La Niña de los Lugares


[El otro día, por sorpresa, cuando pedí un cortado en el bar de al lado del río, me presentaron esta amorosa taza. Sonreí y me puse a escribir lo siguiente:]

Hay luz en los parques,
quiero ir contigo.
¿Hacia dónde?

La Niña de los Lugares
tiene un secreto dulce y lento.

La Niña de los Lugares

encumbra los grilletes de sus manos
y funda un océano nuevo.

lunes, 8 de octubre de 2007

Un pequeño bohemio



A veces sucede.

Vivimos tan profundamente que no nos damos cuenta de que estamos viviendo. Por eso las palabras deben esperar, porque la vida lo quiere todo para ella sola. El instinto se adelanta a la conciencia.

¡Ja! Para no ponerme pesada, os remito al blog de Sàgar, que por sugerencia del susodicho se llama
¡Gugu Tata!

domingo, 7 de octubre de 2007

El techo del mundo


Después del nacimiento y de la muerte el mundo calla para meditar un nombre con el que despedir lo viejo y saludar lo nuevo. (Es ese interludio en el que se esconde el sol y todo duerme, ese paréntesis necesario para componer la música del próximo viaje.)



Las piedras afilan sus bordes rodando por el río. El guijarro pulido es similar al alma que desprende sus aristas.


[He soñado con el verso perfecto,
pero no he osado -maldita pereza- imprimir sus miembros porque la noche con sueño es tan golosa...]


[Fotografías de una tarde en el techo de mi casa]

sábado, 29 de septiembre de 2007

Apatía

No, no tiene nada que ver con la depresión postparto. Porque siempre es bueno promocionar las creaciones de los colegas. He aquí una alegoría del estado vegetativo. Deep inside, ja. Un corto que sienta como un tiro. Da miedo ver lo fácil que puede ser convertirse en una lechuga.

(Si os cae bien el duendecillo malvado, puedo presentároslo sin pagar entrada, es amigo mío desde la más tierna adolescencia vandálica. La primera vez que vino a mi casa, incendió varias cosas y mi padre tuvo que vociferarle.)

Vale, ved el vídeo.


viernes, 24 de agosto de 2007

El amanecer patológico




[ Fotos de Madame H]



O douleur, ô douleur, le Temps mange la vie,
Et l’obscur Ennemi qui nous ronge le coeur
Du sang que nous perdons croît et se fortifie!


CHARLES BAUDELAIRE, L’ennemi

[Escrito ante un amanecer que no rechista al mostrar su vello púbico luminoso
y el cuajante aperitivo de un chocolate con churros en el estómago
y varios molinillos de viento girando en las palabras
de los supervivientes amigos, que son ONGs ambulantes
- porque soportan los malos modales -

Escrito a raíz de un optimismo desconcertante y desgarrado
que después del arrebato de la sangre
grita en el tiovivo de la conciencia como un periquito verde...

Dedicado al pecado original, a la duda y al perro de la excentricidad
Dedicado a los enteógenos ingeridos en solitario
Dedicado a ese templo en ruinas en el que oran los Agnósticos

Pero Mi voz, sólo ella, es para los ciegos diábeticos tozudos
que, desatendiendo las súplicas de sus mujeres,
siguen comiendo galletas a escondidas. ]









Idiótesis

[prótasis]

Si OFELIA no se hubiese ahogado en el Sena
o viviera en la era del prozac, el instinto maternal y el avefenixmo;
si Ofelia hubiese conocido los tres consejos de San Agustín
que son (dos puntos): morir...miento
llorar a lágrima viva cuando a uno le entra sueño
tomar un baño tibio con agua limpia y esencia de Lang Lang
y pasear sobre un
locus amoenus...

Si Ofelia hubiese desesperado no en un día lluvioso
e impar, cuarto menguante, [como éste]
sino mientras brilla tibiamente el sol con una sonrisa irresistible de mafioso
o hubiese visto, con el rabillo del ojo, a los pájaros guiñando el torso
oh les nuages...les nuages qui passent, la-bàs, les merveilleux nuages!
Si Ofelia leyera en el reverso del paisaje
si a Ofelia le hubieran regalado un sombrero de copa
si a Ofelia la abrazase un saltimbanqui conmovido por su estúpida locura:

[apódosis]

quizá escribiría esto:








Canto I
Una vez la vi. Hoy, hoy mismo.
Tenía el pelo más fino, y más corto,
pero se le parecía,
se parecía a la PUTA que una vez

tú y yo, HAMLET,
amamos campestralmente al unísono:

(Narcisos entintados)

Esa chalada ciega de senos ligeramente bizcos,

con una coliflor por trasero,
que escupía auroras boreales
y olía a almizcle, mazapán o eucalipto.

El mundo, por aquel entonces,
era una enorme piruleta
entrelazada por lenguas de mariposas:


¡corazones, estrellitas, pajaritos!

DESPOTISMO ILUSTRADO DE LO CURSI

había por todas partes;






Canto II


- Ya han pasado veinte años- dijo ella. –
Y mi coño ya no funciona.

Qué fea me ha puesto la belleza.
Qué rápido crece la hiedra en el pecho.
¿Se derrama algo en el útero del ojo?
¿Cabalga la lepisma distraída
por un Rumbo a peor de Samuel Beckett?

Desenamorémonos,
o desenamórame, que tú ya estás
limpio.

Te he visto silbando, por casualidad.
Vestías
fulminante como un telescopio


Cabalgabas
sobre el lomo de una corbata tiesa como una
(piiiiip)

yo ahora habito en la madriguera
de un borracho
nacido de los números

CON TANTO π EN LOS DESPOJOS

mis tareas son símiles/ disímiles:
preparo bocadillos a mendigos,
SUEÑOS REBOZADOS EN CAJEROS AUTOMÁTICOS

mi meta es desangrarme en manos de un estrangulador apuesto
mi meta es el SENA, el BESÓS, o tu CARA CERCA

y ALGUIEN, de vez en cuando,
si estoy simpática y no odiosa,
me invita a cafés con leche y me presta su paraguas
en días lluviosos como éste;




Canto III

EJEM!

mientras tanto
el viso de las gabardinas me entretiene
la legaña ajena, la cola del pan, el tiempo del peldaño,
me entretienen
las voces, los deberes, los caminos repes/ tenguis
me entre-tienen

mas AÚN sigo persiguiendo al Edu
por los callejones del Arrabal
sigo su rastro mulato de pared leprosa,
su aliento de colores en la inmundicia gris paloma.

(la farola, la bombilla, el estribo de un calcetín
me entretienen);




Canto IV
Desde que te fuiste/ fui
he conocido a un saxofón entraña,
he conversado por primera vez en esperanto
y, quizá, si no me odiase,
diría que he calzado una máscara dorada,
que he vestido un elegante verso fino de seda.
Mi voz como un combate de esgrima;



Canto V
llorar raso, al nivel del mar

¿Existen bulas para llegar a TU cielo?
Soborno cariado, el mío.

Aún.

Construyo aviones de papel alumínico.
Llevo sombreros de bombín en los putiferios más dulces...

ARBOR- ARBORIS

(Me han preñado. Las dudas violan.)

Casi me mato, en tu nombreausencia.
Barandilla, la frontera de la tierra y la esfera:
espíritu y beberte
tan clara de orgullo,
tan avergonzada –la pobre-
tan radiante la punta de mis botas sobre la vía...
qué hermoso el cabalgar del tren sobre mi aliento.

Eróticamente: vida muerta.


Canto VI

- Descarrilé, - dijo-
junto a mis seiscientos pilares panteístas.
Un saxo me invitó a la dicha,
y yo, “hola”, dije,
(qué rápido se recorre lesbianamente un autocuerpo)

fuera de tu sombra
(porque el fuego devora kilómetros de bosque)

leña de huesos,
nos (h)abríamos besado hasta el canibalismo

Una película en blanco y negro,
sobre las grietas de la persiana
o la boca,
no estabas, aunque ¡sí!, ¡quizá!,
pensabas al día una letra o un color
que yo llevaba puesto;







Canto VII
La hipersomne te sueña abrazada a su manta azul;
la hipersomne te ve en el techo de su cárcel,

Dueles.
Oh sí, pero no te vayas. De mí, no te vayas.

- Por qué te haces tanto daño. – dijo él. -
Mírate: sufres. Mírate: sé que me todo.


“Te todo...”

(qué tiene un ojo o el recuerdo de un ojo
que mira intensamente
durante más de tres segundos
susurra te he buscado
susurra entre piedras con la mano
una vez tuve una novia joven
antes de apagarse
para nunca o siempre
una vez tuviste una novia
oscura como un infierno)

Dafne sin Apolo se convirtió en un cielo salpicado de aves.
Dónde sirves vino y quién (lo bebe), - dijo ella.
Lo sé. Te escucho respirar,
por las noches;






Canto VIII

Obsesionada con un diálogo esperanto.

Dios, qué locura.
Cómo te busco, con sólo el secreto de tu nombre.
- Cábala- dijo.

Ayer nevó una FRASE. ¿Tú crees en la suerte?

Ruletas mágicas para conocerte,
medias rayadas como la línea negra del párpado egipcio.
Él – el alto – no quiso:
puso delante a un amigo de la infancia,
recordábamos aquellas tardes de juguetes rotos,
aquellos festines de pegamento,
birras y fotografías trucadas.



En el envés de un traje, estabas.
Llamabas, a través del zumo del espacio con silencio;
yo te oía: hablaba a todas horas contigo
contigo
contigo
pero no iba, no iba.
El alma es liebre; y el físico, tortuga.

(Pensaba que el otoño se concentra en la metonimia de una hoja seca
y que los versos de la vida se recitan en las líneas de la mano
cuando acariciamos algo
tras haberlo abofeteado ... por orgullo
voilà que j’ai touché l’automme des idées)

y yo te seguí, y yo te enraicé en mis raíces, tan hondo,
y yo mentí y yo desvié mi paso;





Canto IX


Cómo hablan los árboles
cómo me dicen: “Sé mi psicoanalista”
cómo sienten la caricia adúltera del frío

Te jodí, (y el odio nace del beso)
Ah invisible amado, cómo te inyecto en mí y en mis ojos,
qué desnudo, qué cerca distante. Te estoy oliendo,
desde aquí rastreo el sudor de tu muro sufriente


Un público aplaude ante la salida del sol, en Collserola.

Enredo voluntariamente mi pelo castaño en tu mano,
qué épicos labios se están abriendo,
qué corsé de palabras voluptuosas,
qué sublimes pensamientos
tan sola
tan sola

Cuántas noches he salido a la calle en vano,
con la conciencia del pecado abierta y sangrando dicha,
una esperanza imbuida por el deseo más fuerte,
que es el haberte confundido con...
el sentido de la vida



Canto X

- Era una mujer más triste que la muerte- dijo él.

La vi paseándose con cuidado, para no pisar a las hormigas.
La vi meciéndose, con una flor en el escote.
La vi tan muda, tan pura de prematuramente llorada.
Qué fea se volvió de tan hermosa.

- Era un billete roto, que sin la otra mitad no vale nada.- dijo-

O todo.

(qué más da, si el tiempo resbalaba)



(Quién es el que no quiere
mezclarse en las huellas del otro
mezclarse en los labios prohibidos del otro
inyectarse como un suero, un aliento, un trozo
de imagen que huele a sol, a luz o ...a deseo)

Diré cómo nacisteis

a ciegas, a través de los arcos,
de los vientres

Grietas.

(tan imperioso que duele y se deshace)

Cómo sonríe el helicóptero que nos contempla
desde la altura todopoderosa de la muerte,
cómo te siento cerca, si ya eres fugitivo de mis ojos.

El tren, la noche, la nada;
huiría loca, perdida del todo
porque
estoy enferma de ti.
enferma de ti
enferma de ti
enferma de ti